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El vuelo de los últimos guinchos

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Con suerte en algunos de nuestros paseos por las playas de Fuerteventura nos hemos cruzado con el majestuoso vuelo de una de las aves más bellas, escasas y amenazadas de nuestras islas, el águila pescadora o Guincho. Un símbolo de nuestras costas que en la actualidad se encuentra en grave peligro.

El Guincho, La Punta del Guincho, La Ensenada del Guincho, El Roque del Nido del Guincho, etc., son localidades que hacen alusión a la antigua presencia de esta emblemática rapaz, numerosa en el pasado y ampliamente distribuida por nuestras costas hasta el “boom” de la barbarie urbanística de los años sesenta y ochenta.

¿Dónde habita El Guincho?

Principalmente lo podemos observar en acantilados marinos, donde captura peces de superficie, como lisas, sargos y peces voladores. Es una gran pescadora, vuela escudriñando la superficie en busca de sus presa y luego se abalanza sobre ellas desde gran altura, para zambullirse en su captura. En ocasiones, cuando el mar se encuentra embravecido, visita los humedales del interior de las Islas, donde caza carpines, carpas y otros peces de agua dulce.

El Guincho en Islas Canarias

En Canarias, se reproduce en las islas de El Hierro, La Gomera, Tenerife y Lanzarote, en el archipiélago Chinijo y en el islote de Lobos hasta hace unos pocos años. En La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura crió hasta fechas recientes, pero en la actualidad la podemos dar como extinta, a pesar de que con frecuencia se observan aves solitarias, vagando por zonas costeras o charcas del interior.

La situación actual en el Archipiélago es alarmante, debido principalmente al alto deterioro que presenta la costa. La creciente industria turística canaria ha centrado sus áreas de actividades a lo largo y ancho de la franja costera de las Islas, desarrollando actividades desacordes con la conservación de los recursos naturales, originando la desaparición y extinción de algunas especies. Así, el tráfico de embarcaciones en áreas de cría; la práctica de deportes al aire libre en lugares sensibles y en fechas inadecuadas (de enero a julio); la acampada incontrolada en zonas costeras; la introducción y posterior proliferación de depredadores (gatos y ratas); el alarmante crecimiento de la población de gaviotas, que compiten con el guincho por el alimento y las zonas de cría; el continuo tránsito de motos acuáticas en las proximidades de los nidos; y otras tantas acciones irrespetuosas han ido diezmando la sensible población de guinchos de Canarias llevándola a una situación critica.