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Tortugas marinas en Fuerteventura

En las islas Canarias se han observado cuatro de las siete especies de tortugas marinas conocidas a nivel mundial. La más común de las tortugas en esta agua es la Tortuga Boba, fácilmente observable durante todo el año. En menor número encontramos a la Tortuga Verde, frecuente en puertos y bahías de aguas tranquilas, donde suele pasar largas temporadas descansando y alimentándose hasta llegar a la edad adulta, cuando regresa a la playa que la vio nacer.

Aun en menor medida está la Tortuga Laúd, la mayor de ellas, llega a pesar varios cientos de kilos y a diferencia de las otras tortugas su caparazón no es completamente sólido, está formado por unas especies de varillas que van de la cabeza a la cola recubiertas de cartílago de color gris, dando un aspecto de panza de laúd, motivo por el que es conocida con este nombre. Y la más rara de todas es la Tortuga Carey, más frecuente en aguas tropicales y muy amenazada, ya que hasta hace algunos años fue cazada por su codiciado caparazón, usado para hacer moldes de gafas, peines y joyas.

“Las tortugas marinas son grandes viajeras. Buena parte de las que observamos en las aguas de las islas Canarias al parecer proviene de las playas del Caribe.”

Estas tortugas han cruzado el Atlántico arrastradas por las corrientes marinas, concretamente por la corriente cálida del Golfo que fluye hacia el norte por la costa este de Norteamérica hasta llegar al sur de Groenlandia donde se enfría y desciende al sur surcando el frente norte de Europa y el noroeste de África.

Al parecer, en el pasado, las playas de Canarias albergaron pequeñas colonias de tortugas. El aumento de la población humana, la facilidad para llegar a las colonias y el impacto del turismo y la pesca probablemente motivaron su desaparición.

Hoy en día existe un proyecto para recuperar las antiguas zonas de cría de Tortuga Boba en las playas de Fuerteventura, una esperanza de poder volver a ver grupos de estos reptiles desovando en nuestras playas. Aunque el reto no es nada fácil, ya que cada año una elevada cantidad de tortugas marinas son victima de la industria pesquera.

Al igual que de la contaminación por plásticos que ingieren pensado que son su alimento preferido, las medusas; el petróleo flotante, las basuras y otras afecciones derivadas de las actividades humanas que las han llevado a estar amenazadas a nivel global.