Los mahos: los antiguos pobladores de Fuerteventura
¿Nunca te has preguntado porque a Fuerteventura se la conoce como la isla majorera y sus habitantes se llaman majoreros? El nombre viene de los mahos, unos de los primeros grupos pobladores de la isla canaria.
¿Quiénes eran los mahos?
También conocidos como majos, eran los primeros pobladores de las islas de Lanzarote y Fuerteventura antes de la conquista europea del siglo XV. Aunque no había distinción entre los habitantes de las islas, actualmente se denomina majo a los pobladores de Lanzarote y majoreros a los de Fuerteventura.
El origen real del nombre maho o majo se desconoce, ya que historiadores y autores de distintas épocas consideran diferentes significados. Antes del siglo XV, las islas de Fuerteventura y Lanzarote se llamaban Maoh y de aquí vendría el gentilicio mahorero. Otros afirman que proviene del tipo de calzado que utilizaban, hecho en cuero y llamado mahorero.
Sin embargo, la teoría más extendida y que cobra más fuerza es que los habitantes de las islas se denominan majorero debido a su oficio. Eran hombres que trabajaban en el campo y eran ganadores, traducción al español del término majorero.
¿Cómo eran los mahos?
Los mahos dedicaban su día a la ganadería, agricultura, recolección y pesca. La cabra, al igual que en la actualidad, era la especie animal más importante de Fuerteventura. De estas, aprovechaban la carne y la leche con la que producían queso y manteca para elaborar sus platos.
En cuanto a la agricultura, destacaba el cultivo de cebada que convertían en gofio. Lo mezclaban con leche, agua o manteca y formaba parte de su alimentación. Este plato ha pasado de década en década para convertirse en uno de los más importantes y típicos de la gastronomía majorera.
Para preparar estos alimentos y realizar el trabajo, los majoreros utilizaban y fabricaban herramientas de hueso y piedra y utensilios de cerámica.
Viviendas y otras edificaciones
Los majoreros de Fuerteventura vivían en construcciones de planta circular conocidas como “casa honda”. Consistían en muros de piedras grandes que los pobladores completaban con arcillas, piedras más pequeñas y conchas.
Además, construían otras edificaciones como templos o refugios para los animales. En Fuerteventura todavía siguen existiendo y puedes visitarlos. Son grandes muros de piedra volcánica que los aborígenes utilizaban como corrales para salvaguardar al ganado.
Estos no son los únicos vestigios que los primeros pobladores dejaron en Fuerteventura. Las Dunas de Corralejo, La Pared de Jandía, las cuevas de Villaverde, el Barranco de Tinojay o la Montaña de la Muda son algunas de las zonas arqueológicas donde vivieron los majoreros y nos trasladan a esa época.
El poblado de la Atalayita, a escasos kilómetros de nuestra finca Verdeaurora Bio Farm , es un poblado aborigen majorero que se puede visitar. Podrás recorrer los callejones que hace tanto años recorrían los antiguos mahos.